Apreciados lectores:
Una vez más, una de las atalayas mediática de la revolución, el diario Público, hace asomar otra, somera pero clara, síntesis del pensamiento revolucionario, del proyecto de cambio cultural que las esferas revolucionarias pretenden en España, ya expuestas y ampliadas en este mismo blog. Y lo hace de la mano de una entrevista a Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de nuestra (prosti-consti) tución. Valga el título como resumen del resumen.
Gregorio Peces-Barba: "La Iglesia no cree ni en la democracia ni en la libertad"
Catedrático. Tres años después de dejar el Alto Comisionado para el apoyo a las Víctimas del Terrorismo y la política activa, analiza las últimas reformas sociales y el papel de la Iglesia
Al oír el nombre de Esperanza Aguirre, una risa acelerada se descuelga de los labios de Gregorio Peces-Barba (Madrid, 1938). A continuación, el ex rector de la Universidad Carlos III y uno de los siete padres de la Constitución, frunce el ceño y carga contra la privatización educativa de la lideresa del PP. Su defensa de la democracia y los derechos humanos le costó una detención policial y la suspensión de su ejercicio co-mo abogado a finales del régimen franquista. Hoy, 38 años después de aquellas sanciones y liberado del corsé político, critica tanto a la oposición como algunos de los "signos progresistas sin sentido" del que fue su partido, el PSOE. Este verano dirigió un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre Los Derechos Humanos en el siglo XXI.
Usted cita el progreso, la libertad y la igualdad como los tres pilares de la reforma política del siglo XIX. En la actualidad, ¿se están produciendo regresiones en alguno de estos campos?
La extensión de esos tres valores no avanza con la velocidad con la que tendría que hacerlo en África o Asia, pero la igualdad y la libertad están bastante consolidadas en Europa. Hay cosas que ningún gobierno europeo, por muy conservador que sea, puede cortar. Aunque puede que haya algunos retrocesos coyunturales. Todavía queda mucho por avanzar.
¿Cuales son esos retrocesos?
Retrocesos en las estructuras democráticas, como el sufragio universal en algunos países. En América, después de vivir un tiempo sin militares, está habiendo un rebrote.
¿Cómo tratan Europa y Españaa los inmigrantes?
Hay una perspectiva ideal de puertas abiertas, pero es imposible. Y la real, tiene sus claroscuros. Por lo general, los derechos del hombre se respetan. Los que no se respetan son los del ciudadano: los derechos políticos. Además, los derechos económicos, sociales y culturales tienen problemas, porque casi nunca dependen de las autoridades políticas y jurídicas, sino de empresarios, que son menos escrupulosos. Y luego tenemos los ingresos de inmigrantes irregulares en sistemas que no son carcelarios, pero casi. Y eso bordea lo inaceptable en muchos casos.
¿Considera que es aceptable su internamiento en los CIE?
El internamiento rompe principios básicos del derecho democrático occidental: internar sin comisión de delitos en centros que son casi prisiones no está en la línea del progreso de los derechos humanos en Occidente. La duración que tienen en algunos países es excesiva.
¿Europa está girando hacia la extrema derecha?
No. Son vaivenes. En España, por ejemplo, no ha habido un aumento, ni lo habrá mientras haya una memoria histórica de lo que supuso el franquismo. Tiene que pasar mucho tiempo hasta que las posiciones nazis o fascistas tengan en la Europa de los 27 posibilidades de alcanzar el Gobierno. Y, desde luego, es impensable que lo alcancen por vías no democráticas, como ellos querrían.
¿Qué opina del desarrollo de la Ley de la Memoria Histórica?
Hay dimensiones en las que no hay más remedio. Pero me resulta inconcebible que el Gobierno y las autonomías tomen decisiones administrativas y ayuden, por ejemplo, a abrir y descubrir tumbas. La memoria histórica no tiene más que un efecto honorífico y compensatorio después de 70 años. Han prescrito todos los posibles delitos y, desde el punto de vista penal, ya no pueden ser compensados.
La Iglesia apoyó al franquismo.
La Iglesia fue partidaria de los vencedores en la Guerra Civil y tomó partido. Tiene muy débiles concepciones democráticas y estaba muy bien con el franquismo. Ellos no creen en la democracia, no creen en la libertad. Creen que la verdad es única y es la que ellos defienden. Y son partidarios del monopolio de la verdad religiosa. La Iglesia española, y quizá la italiana, son restos del Jurásico y no tienen remedio.
¿Por qué la Iglesia ha evolucionado de forma diferente en Francia que en España?
Porque en Francia tuvieron muy claras las cosas desde el último tercio del siglo XIX. Esta cuestión culminó en 1905, con la ley de separación entre Iglesia y Estado. Para la evolución de Francia ha sido muy importante la evolución de laescuela pública.
¿Cómo son las relaciones Iglesia-Estado en España?
El Estado no ha tenido la suficiente firmeza para poner a la Iglesia en su sitio. Tiene una especie de temor reverencial. Y hay una cierta contradicción: permite la enseñanza de la Religión como una asignatura más y que se hagan juramentos con la Biblia en ámbitos públicos; y, sin embargo, se toman medidas aisladas radicales y juveniles, como la ley sobre la interrupción del embarazo.
¿Está a favor de la reforma de esta ley?
Que las niñas de 16 años puedan decidir libremente si abortan sin consultar con sus padres es una medida poco aceptada por los ciudadanos. Y a mí me parece un exceso. Está bien que decidan, porque tienen ya madurez para hacerlo, pero no se debe romper sin más ese hilo con la familia: es una institución fundamental. Quite usted [el Gobierno] los crucifijos y no haga signos de progresista sin sentido como ese.
¿Qué riesgos tiene la privatización de la educación?
Hay que evitar a los piratas que torpedean la educación pública, como Esperanza Aguirre, que vulnera la ley y prevarica porque rompe el principio de que la enseñanza pública es lo primero y la privada y la concertada, secundarias. Y el señor Camps quiere que se dé Educación para la Ciudadanía en inglés. ¡Hay que ser idiota! Además, en los ámbitos donde mantiene la educación pública, corrompe su sentido y favorece la separación de niños y niñas. Es otra ocurrencia injustificada.
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