miércoles, 30 de diciembre de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Apreciados lectores,

Éste es el segundo artículo que les he comentado antes. Un poco menos zafio y grosero que el anterior, pero con nitidísimas tendencias revolucionarias que también analizaremos.


Libertad de conciencia

Francisco Delgado, presidente de Europa Laica

Público


La construcción del Estado laico, desde el ámbito jurídico y simbólico, es una enorme deuda que tenemos con la democracia y con el Estado de Derecho: ello implica la total separación del Estado de las iglesias y la eliminación de los enormes privilegios que una determinada confesión (la católica) disfruta, herencia de un Estado teocrático y autocrático.
Aunque haya discrepancias sociales y políticas, resulta necesario, dada la realidad histórica y actual, legislar en esta materia, con el fin de evitar confrontaciones y de que el “poder judicial” legisle a través de sentencias, papel que no le corresponde.
Padecemos las acciones integristas de minoritarios grupos de fanáticos católicos y de un rancio clero que, utilizando recursos del conjunto de la ciudadanía, hacen política, influyen y amenazan con la complicidad de una parte del poder político y mediático.
Pues, a pesar de ello, el Estado laico lo estamos intentando construir, con muchas dificultades, una importante parte de la sociedad civil –cada vez más secularizada– demostrando que somos capaces de convivir, de forma racional, personas de las más diversas convicciones, pero que necesitamos de un soporte jurídico clarificador.
En estos días estamos viviendo, con mayor o menor intensidad, unas fiestas que se denominan de Navidad o Pascua de tradición judeo-cristiana. Esta época “festiva” y de “convivencia” fue considerada, durante mucho tiempo, en el Estado español, como un símbolo del poder religioso excluyente, siendo obligatorio participar de rituales católicos impuestos. Incluso hoy, todavía, hay quienes, desde el ámbito público y religioso, se empeñan en orientar erróneamente esa respetable pero particular tradición católica hacia el conjunto de la ciudadanía.
Sin embargo, hay que argumentar algo sobradamente conocido: estas fiestas tienen un origen ancestral en general relacionado con los días del solsticio de invierno, que múltiples culturas en todo el planeta, desde cosmovisiones divinas o de otra naturaleza, muy anteriores al cristianismo (griegas, romanas, persas, etc. y después del cristianismo: culturas como la azteca y otras en diversos continentes) celebraban. La realidad histórica es que fue el cristianismo de los primeros siglos el que se sumó a esa celebración, con el fin de ganar adeptos en la antigua Roma, extendiéndose de forma diferente en según qué países y mayoría religiosa, sobre todo después de la Reforma protestante del siglo XVI.
Hoy la diversidad y pluralidad que disfrutamos hace que estas fiestas cada cual las viva libremente, ya sea de forma religiosa (o no) o incluso no participe de ellas, según sus convicciones propias o la realidad social en la que está inmerso. Aunque, a decir verdad, es el dios mercado quien trata de imponer su ley de consumo, por encima de otras formas de celebración, cuestión que satisface al propio clero, por supervivencia.
Y no es sólo la Navidad: un determinado modelo religioso y de convivencia impuesto por la Iglesia durante siglos se ha ido apropiado también de innumerables celebraciones festivas y ferias que en miles de pueblos y ciudades del Estado español ya existían y que después se relacionaron con el santoral o la mitología religiosa católica en cada caso, con la complicidad del
poder político en ocasiones muy complaciente con el boato y el poder religioso a costa de ocultar derecho a la libertad de conciencia y de convicciones.
Entre otras causas, por ello las confesiones y sus cómplices políticos utilizan el término “libertad religiosa” como trampa corporativa con el fin de poner trabas al avance de una cultura racional en donde la persona sea la única titular de la libertad de conciencia en base a sus propias convicciones. Las entidades colectivas carecen de conciencia propia y no son, por lo tanto, sujetos de derecho en materia de libertad de conciencia; sí lo es la persona como individuo, pertenezca o no a un colectivo religioso, político o filosófico. En un Estado democrático, ninguna asociación religiosa o de otra naturaleza ideológica debería recibir privilegios, excepciones o estatutos diferentes de las normas del derecho común. También ningún miembro de su colectividad religiosa debería ser privado de derechos cívicos universales, como sucede con frecuencia, mientras el Estado, vergonzantemente, se inhibe.
Por ello la actual Ley de Libertad Religiosa de 1980 y los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 –hijos de la ideología del concordato franquista de 1953– no responden a la realidad social, política y constitucional de un estado democrático y, por lo tanto, es necesaria su derogación. De esta situación anacrónica e injusta, impuesta por la fuerza a lo largo de la historia, se derivan innumerables normas y leyes educativas, tributarias, patrimoniales, societarias, jurídicas, sanitarias y asistenciales, así como prácticas políticas que conceden innumerables privilegios a la Iglesia católica, convirtiendo al Estado español, de hecho, en un Estado neo-confesional. Tenemos que erradicar estos atavismos para situarnos en el disfrute de una ciudadanía plenamente racional e ilustrada.
Para hacer justicia y acabar con la Transición en esta materia, urge una ley orgánica de libertad de conciencia y de convicciones en donde se clarifique el concepto de Estado laico, los derechos individuales, los derechos y deberes colectivos y de las administraciones públicas.
Francisco Delgado es presidente de Europa Laica. Diputado en la legislatura de 1977

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Apreciados lectores,

Si algún día tuviese que dar una charla a alguien o a algún colectivo sobre la revolución cultural, a buen seguro que emplearía como parte de mi material didáctico el artículo que sigue. Reúne a la perfeccción los ideales revolucionarios, además de recoger una alucinante colección de insultos de los que solamente se permiten a una parte de la población, y solamente se permiten cuando van dirigidos a un determinado estamento. Les invito a que los cuenten....
El año que viene entraremos a comentarlo, éste y otro que verán a continuación.


Ratzinger y Rouco conculcan leyes y DD. HH
Elisa Serna

Público

La última monarquía absolutista de Europa, la iglesia católica, apostólica y romana, ICAR, acaba el año conculcando derechos humanos adquiridos por los españoles, en actos multitudinarios. Paralelamente, la extrema-derecha española, sigilosamente, refuerza su presencia en el tejido social y las instituciones públicas. Sin comerlo ni beberlo, ya están aquí.
Como telón de fondo, el Juicio al Franquismo, el Auto del Juez Baltasar Garzón que sienta las bases para el fín de la impunidad con que actúan, aguarda la aplicación urgente, en el III Poder del Estado, de la nueva Ley del Poder Judicial que impide la organización de los auto-denominados “sindicatos” de magistrados.
Ayer, segundo aniversario de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, el arzobispo de Madrid, José María Rouco Varela desde Madrid y Josep Ratzinguer, Papa de los católicos, desde Roma, unieron sus voces contra la Reforma de la Ley del Aborto y la Ley de integración de las bodas de gays y lesbianas, en el nombre de un Dios, que probablemente no existe. Crueles y mantenidos por la ciudanía que sojuzgan totalitariamente ¿donde su caridad cristiana, donde su inocencia?
Lejos de todo aggiornamento, la ICAR obstaculiza el desarrollo y evolución de la Democracia Española. Sumida su Jerarquía en una Contrareforma de contenidos medievales, excomulgan a los elementos mas democráticos de su brazo político en las en el Congreso de los diputados, el Partido Popular, cuando no tildan de criminales, en las televisiones, a las mujeres y a los médicos que se amparados en la Reforma de la Ley del Aborto, planifican los embarazos no deseados.
Los derechos adquiridos, van a misa
“El Ur-Fascismo puede volver todavía con las apariencias más inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo” Umberto Eco, en un artículo clave y reciente, cuya lectura encarezco, describe los mecanismos por los que el fascismo ha vuelto a Italia. Es verdad que en nuestro país hemos generado otros calificativos, a golpes de convivir con fascistas en la Impunidad durante mas de setenta años, figuras como el cainismo o el iberismo, para unas y las mismas e indeseadas vivencias, hechas análisis, de Umberto Eco.
El particular desarrollo de la Transición en España, nos obliga a convivir en régimen de estupro con la extrema-derecha española. La misa pública de ayer domingo, fue una muestra de la “impunitis” que padece la jerarquía católica en la inacabada democracia española. Allí acudieron reos de la justicia, imputados en el caso Gürtel, obispos y sacerdotes de seglar responsables del secuestro de más de
Público
30.000 niñas y niños en post-guerra, fascistas sin esvásticas, responsables del Holocausto republicano, cirujanos de obstetrícia con el juramento hipocrático roto respecto a las abortistas, fanáticos nacional-católicos, mujeres sin conciencia feminista, ladrones de guante blanco y otros prestidigitadores y nostálgicos del retorno del fascismo español. Ojo.
No es nada bueno para la salud de la Democracia, que la Delegación del Gobierno siga permitiendo la manifestación publica de personas, obispos y grupos que conculcan por sistema derechos adquiridos, que sostienen Teorías de la Opresión, como el fascismo, que no han dudado en tomar las armas en Europa y en España, mas si aún están pendientes de rendir cuentas ante los tribunales, por haber participado o encubierto los crímenes de lesa humanidad, que contados a cientos de miles, van siendo exhumados de las cunetas secretas de nuestro país.

viernes, 11 de diciembre de 2009

REVOLUCIÓN, CONCIENCIA Y MORAL: MATICES

Por Javier de Miguel

REVOLUCIÓN, CONCIENCIA Y MORAL: MATICES


Las ideologías revolucionarias poseen una tan curiosa como calculada teoría de entender y transmitir el papel de la conciencia en la sociedad. De alguna manera, ya hemos hablado en este blog sobre el tema. Hoy entraremos de lleno en él.

Por principio, las ideologías revolucionarias hacen una división estanca y pretendidamente infranqueable e inconciliable entre las esferas pública y privada en lo que a la moral o la conciencia se refiere. Así, se distingue, por activa y por pasiva, que hay dos tipos de “morales” o de “conciencias”. Así, por un lado, existiría la “moral privada”, o “conciencia”. Ésta, aunque reconocida por los poderes públicos, simplemente porque no compromete en nada la acción política, no tiene ni ha de tener, como hemos dicho, ninguna influencia en el modelo revolucionario de organización política y social. Lo que uno, de puertas hacia adentro, piense sobre la moralidad o inmoralidad de ciertos actos, leyes, etc, será siempre legítimo para él, y nadie (en teoría) tendrá derecho a coaccionarle… de puertas para adentro. Insisto, de puertas para adentro. En otras palabras, la moral no viene dictada desde fuera, sino que sale del interior de la persona, y sólo de su interior, de la idea que ésta tenga de bien y de mal.

Por otro lado, está la “moral pública”, a la cual resulta excesivo denominar moral, pues no tiene nada de ello, pero de alguna forma hemos de identificarla a efectos de poder entendernos. Esta “moral”, sería, de acuerdo con los postulados revolucionarios, la que emana del parlamento, que a su vez se supone (que es mucho suponer) que emana del pueblo.

Que emana del pueblo, en primer lugar, es uno de esos paradójicos oasis en el desierto relativista, una de aquellas verdades que afloran en el mundo de la no-existencia-de-la-verdad, pero que sin embargo hay que creer con la fe más ciega que se puedan imaginar.

Que emana del pueblo, en segundo lugar, implica que es irrebatible. Hablando en román paladino, y parafraseando un eslogan de un programa televisivo, ya saben, de los que tanto me gustan: “Lo que España vota, va a misa”.

Volviendo a la teoría, la moral pública no tendría así pretensión de verdad, sino tan sólo de gestionar de una manera verosímil los millones de conciencias de los ciudadanos (ya no personas, ciudadanos) y las comunidades y, por tanto, de carácter privado, que se supone encuentran su quintaesencia en el voto democrático. En definitiva, el sistema legislativo se desarrolla en otro plano diferente al de las conciencias, ante la imposibilidad de ponerlas a todas en común.

Éste es el punto de partida que distorsiona la antropología que defiende la revolución. El hecho de afirmar que existe pluralidad de conciencias no es falso, el error consiste en afirmar que todas son igualmente válidas, y por tanto, sacar la conclusión de que, legislar en base a una o a un conjunto semblante de ellas es, por definición, discriminatorio contra el resto. Existe pluralidad de conciencias, sí, pero los más básicos postulados de moral natural (esa gran olvidada), nos enseñan que la conciencia puede ser verdadera o errónea, cierta o dudosa, afirmación que choca frontalmente y por principio con cualquier aseveración acerca de la relatividad de la moral. Un matiz importante, sin duda.

Las leyes se hacen pasar por moralmente neutras, porque no hay una moral única, y por tanto, algunas leyes pueden coincidir con la conciencia de algunos e ir en contra de la conciencia de otros. Pero el fallo garrafal radica en que, incluso auque fuese verdad la no-existencia de la moral objetiva, absolutamente NINGUNA LEY (que entre en el terreno de la conciencia) es neutra: ninguna. Incluso aunque se tuviera la sincera pretensión de que así lo fuese. Es sencillamente imposible, ante la diversidad de conciencias, legislar de manera que no se oriente hacia ninguna de ellas, o se oriente por igual hacia todas. Y esto se sabe.

En este sentido, y como muestra de “buena voluntad”, la objeción de conciencia en un sistema revolucionario es legislada, pero siempre será, de facto, un “favor”, no un derecho, y el objetor es considerado un elemento extraño al sistema, al cual se le retirará el "favor" de la objeción a la mínima que no se comprendan (o se haga ver que no se comprenden) los motivos de su objeción.

La palabra objeción de conciencia se convierte así en un concepto trampa, más entendido como un favor que la bondad del sistema otorgan a las mentes raras que no desean asumir por motivos de conciencia (privados) una ley civil y por tanto, pública.

Con esta concepción, la tendencia es a que la objeción de conciencia vaya teniendo cada vez menos consideración social, y se implementen mecanismos para el cumplimiento estricto de la ley. Para que vean a lo que me refiero: ya se empieza a hablar de que algunos asuntos de índole moral recientemente legislados, como la venta de la píldora abortiva libremente en oficinas de farmacia, no tienen ninguna implicación moral, y por lo tanto, no cabe en ella la objeción de conciencia.

Conclusión: ¿la objeción de conciencia se abolirá? De iure seguramente no, pero se introducirá el factor interpretativo sobre qué leyes tienen o no contenido relativo a la conciencia. Si (se decide que) no lo tiene, ¿sobre qué se va a objetar?. De nuevo, matices: son los matices los que marcan la diferencia. Y la falta de ellos, lo que adormece las “conciencias”.

martes, 8 de diciembre de 2009

REVOLUCIÓN, ECONOMÍA Y ALGO DE MEDIO AMBIENTE

Por Javier de Miguel.


Sinceramente, ya tenía ganas de tocar uno de los temas que, por formación académica, más cercanos me son. Pero mi intención no es entrar en teorías económicas, sino razonar la vinculación entre el desarrollo de la economía posmoderna y las ideologías revolucionarias.

A diferencia de otros campos, como la política o la educación, puede parecer que, en pleno siglo XXI, y sin perjuicio de sus variedades doctrinales, la economía es una de las ciencias menos dadas a la manipulación y a la demagogia partidista, ya que, al margen de su juventud como ciencia y sus vaivenes de siglos pasados, la sociedad occidental posmoderna parece haber conciliado casi todas las variantes de la teoría económica en un ramillete común, uno de cuyos principales postulados reza, sin entrar por el momento en detalle, que “el crecimiento económico es bueno”.

Nada se le puede achacar a la ciencia económica porque hable solamente de crecimiento económico, pues es éste y no otro su cometido fundamental. El problema surge cuando se quiere tomar la parte por el todo, y se “economizan” aspectos y vertientes sociales de dimensión más amplia que la puramente económica. Y, de hecho, mi objetivo se centra más en explicar por qué interesa centralizar lo humano en lo económico, y por tanto, aseverar que lo importante es que el crecimiento sea económico y solo económico.

Si por algo la desastrosa situación de la economía mundial (la cual sólo tiene visos de seguir empeorando a corto y medio plazo), y la manera en que este desastre se ha hecho patente, de forma rotunda y despiadada, puede tener alguna consecuencia positiva (yo creo que las tiene, y muchas) es porque nos lleve a plantearnos preguntas que dejen al aire las muchas de las contradicciones de un sistema que ha servido al bien y al mal casi a partes iguales.

Antes de hablar del cómo-están-las-cosas ahora, me gustaría hablar del cómo-era-antes. Y lo que voy a decir ahora vale a nivel local, regional, nacional o global. La historia es: érase una vez un sistema económico que, a partir de la Segunda Guerra Mundial, evolucionó (o lo hicieron evolucionar) hacia un modelo donde el crecimiento de la demanda era el objetivo prioritario, donde la idea era introducir mano de obra a capazos en el mercado, a fin de inundarlo de bienes y servicios que sirvieran a las masas como objeto de consumo, algo que era posible gracias a las remuneraciones que de dichos trabajos obtenían esas masas. El mundo crecía y crecía, y las gentes y los gobernantes aplaudían con las orejas ante la explosión de prosperidad que inundaba los hogares que apenas veinte años atrás no tenían un plato de sopa caliente que poner sobre la mesa. Había surgido la clase media, punto de equilibrio y de distensión de la clásica disputa entre “ricos” y “pobres”, y que serviría para mantener las ideas marxistas fuera del Occidente europeo y ultramarino.

Clase media era sinónimo de: emolumentos decentes, familia mínimamente instruida por los neonatos sistemas educativos públicos, y en general con una calidad de vida más que razonable sostenida por los servicios de un Estado solvente y en continuo crecimiento gracias a los crecientes ingresos proporcionados por un sistema fiscal en expansión alimentado por las también crecientes rentas, etc.

Es en este contexto donde a los estudiosos del tema se les ocurre que hay que explotar un recurso hasta entonces ocioso, al menos desde la óptica de la técnica económica: la mano de obra femenina remunerada. Hasta aquí todo precioso: de momento, no entro en valoraciones, me limito a describir.

El caso es que, de manera asombrosamente casual, simultáneamente al crecimiento económico y demográfico, crecían entre la sociedad muchas de las ideas, germinadas en el siglo XIX, y concienzudamente cultivadas en el XX, que iba a dar lugar a la deriva moral y social que hoy padecemos.

Y la clave surge fundamentalmente del hecho de que, el incremento de la población activa dio lugar a un mayor número de individuos económicamente independientes. Era el momento de que las ideologías feministas radicales y de género y demás ideologías sesentayochistas de luchas de sexos y de generaciones, se sirvieran del contexto económico del momento como catalizador de sus sistemáticas deformaciones de la naturaleza humana y social. Al mismo tiempo, la prosperidad, que libraba a las neuronas familiares de la pesada carga de discurrir cómo llenar la despensa familiar cada día, carga sustituida por la seguridad de un empleo remunerado cada vez más protegido y con vacaciones y bajas pagadas, dio lugar al nacimiento del ocio masivo. Por primera vez en la historia, la mayoría de la población no tenía que pensar únicamente en trabajar para llevar las lentejas a casa, sino que, además de eso, podía plantearse viajar, ir al cine, leer la prensa cada día, escuchar campañas electorales, etc. Y eso, que está muy bien, era al mismo tiempo, caldo de cultivo para ideologías revolucionarias.

Más de 50 años después, la situación hoy se podría definir como pre-catastrófica. En lo económico, por un lado, mientras gobiernos y lobbies se flagelan por cómo el medio ambiente ha entrado en fase apocalíptica, los mandamases de las principales economías se vuelven locos por inyectar astronómicas cantidades de recursos al sistema para intentar volver “a lo de antes”, que es lo que se supone que ha llevado a esta situación supuestamente insostenible. Que esas medidas tengan o no éxito (que no lo tendrán) es secundario. Lo importante es la contradicción que subyace en ellos. Y la contradicción no es que sea plantearse otra manera de hacer las cosas, sino el motivo por el que se plantea ese nuevo modus vivendi: se trata de apretarse el cinturón, de contaminar menos, de ser más responsables, pero ¡ojo! Sin renunciar a las vacaciones en el Caribe, los vehículos de infinita cilindrada y las casitas en la playa. Y esta cuadratura del círculo se resuelve, entre otras, a través del control de la población. Es decir, no se trata de contaminar menos por persona, sino de que haya menos personas que contaminen.

El estrambótico dogma demográfico es ridículo en sí mismo, de no ser porque bajo el trasfondo humanitario (recordemos que el aborto y la eutanasia también son, para los revolucionarios, una cuestión humanitaria) se esconden otros intereses que a continuación explicaremos. Además, resulta ridículamente crédulo pensar que, mientras se veía la sombra del tsunami de la crisis económica, se mirara para otro lado, ahora alguien esté perdiendo el sueño haciendo pseudo-proyecciones de población a 100 o 200 años. A mí, este repentino brote de prudencia me escama. ¿A ustedes no? ¿Alguien puede tomarse esto en serio de no ser porque los objetivos de tan asimétrico espíritu precavido son otros?

La nueva revolución, a diferencia de la tradicional revolución marxista, que pescaba en la miseria y el analfabetismo, necesita de un cierto nivel de prosperidad material para dar a la sociedad un motivo para no plantearse nada que emita el más mínimo tufo trascendente. Se necesitan sociedades opulentas y poco vigilantes, se necesita “pan y circo” para acabar de desplegar el arsenal revolucionario en las sociedades occidentales. Y ningún ideólogo revolucionario está dispuesto a dejar que esta crisis sea un obstáculo para ello. No obstante, la encrucijada es patente: cada vez será más difícil volver a lo de antes porque el sistema no da más de si, pero se necesita volver a algo que se parezca a lo de antes, aunque sea a costa de hacer las cosas de diferente manera. No obstante, el control poblacional es, a todas luces, uno de los mecanismos más eficaces para ese “volver” pero “sin volver del todo”.

Aparecen aquí varios conceptos clave: el primero de ellos, el concepto “responsabilidad”, entendido como: “hay que tener pocos hijos, porque lo contrario es síntoma de irresponsabilidad en medio de un mundo insostenible”. El segundo: la solidaridad, entendida como: “no hay que poner ninguna traba a las mujeres para que aborten, porque las pobres ya tienen bastante problema”; o: “hay que ser solidario y compasivo con el enfermo: quitémosle de en medio para ahorrarle tanto sufrimiento”.

Como ven, no se trata de una responsabilidad ni de una solidaridad cualesquiera, sino al servicio de la revolución. De lo políticamente correcto, pasamos a lo “políticamente responsable”. Estos conceptos se emplearán para redactar normas, tanto de iure como de facto, más restrictivas a la libertad, tanto de expresión como de actuación, en los ámbitos más irrisoriamente anecdóticos de la vida cotidiana, mientras que debates infinitamente más graves, como los límites morales de la técnica, el concepto de familia, maternidad, la dignidad humana, etc, serán objeto de una ambigua equidistancia. La estrategia de salida será prestar atención a lo pequeño en detrimento de lo grande, crear una conciencia social selectiva dirigida a los intereses de las hordas revolucionarias. Porque llamar a uno “facha” cada vez vende menos. Lo que vendrá será llamarle “irresponsable” o “insolidario”, en la línea buenista que se viene marcando para justificar las mayores atrocidades. En definitiva, educar a la sociedad para que, tal y como empieza a ocurrir ahora, sea ella misma la que construya cinturones sanitarios alrededor de los “irresponsables” e insolidarios”.

Ya ven, la lengua evoluciona. Nosotros también deberíamos hacerlo, ¿no creen?.

domingo, 8 de noviembre de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Estimados lectores,

A continuación presentamos una entrevista realizada por uno de los diarios oficiales del régimen, realizada a un llamado "biólogo de poblaciones", traducido "ingeniero social revolucionario" donde se airea claramente y sin tapujos la idea de que la libertad de las personas en lo relativo a la procreación debe o deberá algún día ser restringida. Así, ampliamos la lista: el individuo, además de no poder comer hamburguesas, fumar, elegir colegio para sus hijos, educarlos conforme a sus creencias, elegir la lengua en que desean estudiar o trabajar, ahora tampoco podrán elegir cuántos hijos desean tener.

De aquí a la instauración generalizada de la licencia de embarazo (China), un paso....

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Tener/hijos/egoista/irresponsable/elpepisoc/20091106elpepisoc_2/Tes

ENTREVISTA: PAUL R. EHRLICH Biólogo de poblaciones

"Tener más de dos hijos es egoísta e irresponsable"



RAFAEL MÉNDEZ - Barcelona - 06/11/2009

Vota Resultado 257 votos Paul R. Ehrlich tiene un discurso tan interesante como provocador. Biólogo de poblaciones en la Universidad de Stanford, Ehrlich recibió ayer el prestigioso premio Margalef de Ecología que entrega la Generalitat de Cataluña. Mantiene su discurso desde que en 1968 publicó The population bomb: sobra gente en el planeta y quien tiene más de dos hijos debería ser visto como un peligro. Heredero del pensamiento de Malthus, Ehrlich, que aprendió algo de español en Costa Rica leyendo los textos de ecología de Margalef, sostiene que su discurso sólo escandaliza a quien no sabe de demografía. Él sólo tuvo una hija, que a su vez tuvo dos hijos y adoptó un tercero, que a su vez ya le ha dado un bisnieto.

"La Tierra puede soportar los 2.000 millones de habitantes de 1934"

"Es esféricamente estúpido justificar la natalidad por las pensiones"

Pregunta. ¿Hay demasiada gente en la Tierra?

Respuesta. Claro. Es fácilmente demostrable. No es ningún misterio. Vivimos en el capital, no en el interés. Y estamos agotando el suelo agrícola, el agua de los acuíferos, perdemos poblaciones de especies y la capacidad de la atmósfera para absorber gases de efecto invernadero está al límite.

P. De acuerdo, pero eso puede ser resultado del modelo de crecimiento, no sólo de la población. ¿Se puede no afectar al agua y mantener la población?

R. No puedes separar la población y el consumo. Es como la relación entre dos lados de un rectángulo. No podemos mantener la gente que hoy tenemos al nivel de vida de un español medo. Puedes reducir la población o el consumo por persona, pero deberíamos reducir ambos.

P. ¿Cuál sería el número adecuado de habitantes?

R. Hicimos un cálculo asumiendo que todo el mundo viviría como un mexicano de clase media y en que mejoraba la tecnología. Y la Tierra puede soportar a 2.000 millones, que es lo razonable. Es la cifra que había en 1934, cuando nací. Había gente suficiente para tener grandes ciudades, por si te gusta la ópera y los museos, pero a la vez quedaba naturaleza.

P. Es imposible volver esa cifra.

R. Por eso llevamos años hablando de ello. Hacerlo de forma humanitaria lleva mucho tiempo. Podrías disparar a un tercio de la población mañana pero no queremos hacerlo así. Cambiar los modelos de producción y consumo se puede hacer de forma casi instantánea. En 1941, EE UU pasó de producir automóviles a tanques y en 1945 de nuevo al revés. Yo me acuerdo. Pero no se puede hacer eso con la población. Por eso debíamos haber empezado en los 60.

P. Los chinos lo han hecho.

R. Sí, pero no de una forma que pueda gustar a los europeos, aunque la derecha exagera los abusos, como los abortos forzados. China es el único Gobierno del mundo que publica cuánto CO2 evita que vaya a la atmósfera gracias a la planificación familiar.

P. ¿Qué haría si usted si tuviera poder?

R. En EE UU necesitamos un presidente que tenga agallas y diga que nadie ha dado nunca una razón de por qué debe haber más de 140 millones de americanos vivos a la vez. La única razón semisensata es que con esa población ganamos la Segunda Guerra Mundial, pero nadie cree hoy que los número te dan poder militar. Un presidente debería decir: 'Ahora tenemos 370 millones de personas, lo que nos está dando todo tipo de problemas y sus hijos vivirán peor que ustedes. Tendremos que invadir países para conseguir su petróelo porque cada vez necesitaremos más petróleo. Así que lo patriótico sería limitar el número de hijos'. No estamos tan lejos, pero deberíamos bajar a un nivel como el de España.

P. ¿Y quién va a pagar las pensiones?

R. Ese es un argumento más estúpido que existe. Es esféricamente estúpido, porque lo es lo mires por donde lo mires. Primero matemáticamente. Si se reduce la natalidad aumenta la población mayor de 65 años. Pero los demógrafos hablan del índice de dependencia, la cantidad de niños y mayores por cada adulto en edad de trabajar. Así tendrías más de gente mayor de 65 años pero menos niños. Y es más fácil hacer económicamente productivo a alguien de 65 años que a un niño de siete. Es una locura obligar a la gente a retirarse a los 65 años. La gente que se retira más tarde vive mejor y más feliz y muere más tarde. Pero lo más estúpido de todo es que, a menos que creas que la población puede crecer indefinidamente, tienes que afrontar esto. Así que lo mejor es hacerlo ahora y gradualmente, no dentro de dos generaciones, cuando la situación será peor. Lamentablemente los políticos no saben de demografía.

P. ¿Y en La India, cómo lo haría?

R. Hay Estados que lo han hecho, como Tamil Nadu. Pusieron condones en las peluquerías a las que van los hombres. Y con educación y mejorando el acceso a los colegios se reduce la natalidad y se mejora la calidad de vida. Porque los niños ya no son mano de obra sino objetos caros de mantener. La duda es si España debe aspirar a tener 100 millones de habitantes y gastar toda el agua y los recursos naturales o ser 35 millones y que el país aguante 1.000 años.

P. Pero con renovables, desalinización... se puede vivir sin arruinar el planeta.

R. Llevo demasiado tiempo en este juego. En 1968, cuando éramos 3.500 millones me decían "no te preocupes porque la tecnología nos permitirá dar de comer a 5.000 millones". Ya vamos por 6.800. Yo replicaba: ¿Por qué no le damos esa tecnología a los 3.500 millones de habitantes para que tengan una buena vida sin agotar los recursos y entonces discutiremos si vamos a 5.000 millones?. Pasamos esa cifra y cada vez hay más gente pobre y hambrienta. Pero hay gente que sigue diciendo que no hay problema.

P. Y a quien le gustan los niños, ¿no puede tener cuatro o cinco hijos?

R. ¿Qué diría si su vecino dijera: 'No me gusta la basura en mi jardín. Prefiero tirarla al tuyo'?. Este es un asunto social. Te afecta a ti cuántos hijos tiene tu vecino. Es normal que te gusten los niños, a mí me gustan, pero esa no es la cuestión. La pregunta es qué vida quieres para esos hijos o cuántos hijos puedo tener para que, junto con los de mis vecinos, puedan tener una vida decente, sin cambio climático y con agua suficiente.

P. ¿Cuántos hijos puede tener una pareja?

R. Que paren en el segundo. Con eso saldría de 1,5. Tener más de dos es egoísta e irresponsable, porque hay que tener en cuénta qué pasará con ellos y con los de otra gente. Pero la mayoría de la gente no sabe cómo funciona el sistema legislativo de su país ni cómo es el sistema ecológico. Y sin saber eso, cómo se puede esperar que lo entiendan.

P. ¿No está arraigado lo de tener mucho hijos para que te cuiden de mayor?

R. La gente tenía seis o siete hijos porque cuatro o cinco morirían antes de que llegaras a viejo. Artificialmente alteramos la mortalidad y ahora éticamente estamos obligados a actuar sobre la natalidad para que no nazca tanta gente. Las mujeres no quieren tener siete hijos. Además, siempre hemos limitado los nacimientos. Si no, cada mujer podría tener hasta 30 hijos y eso no ha ocurrido en ninguna cultura.

P. Hay religiones, como la católica, que se oponen a esto.

R. España es un país católico y tiene la tasa de fertilidad más baja del mundo. El Papa pide a la gente que tenga más hijos pero la gente no escucha lo que dice el viejo. Me da un poco de pena el Papa. Su posición política es difícil.

P. ¿Por qué no se habla de esto?

R. Hay un tabú. La derecha, y a veces también la izquierda, piesan que si dices que sobra gente es que odias a los niños y que eres un insensible. Es al revés: te preocupas por cómo vivirán tus descendientes.

P. ¿Al final no somos diferentes de cualquier población animal, que crece hasta que ocupa todo y luego tiene que reducirse por falta de recursos?

R. Somos como moscas de la fruta. Una mosca llega a un grupo de plátanos pone huevos y causa una explosión demográfica. Cuando la población colapsa porque hay demasiadas moscas algunas hembras se van a otro grupo de plátanos. Pero aquí no tenemos dónde ir. Ése es nuestro dilema.

viernes, 23 de octubre de 2009

BROTES VERDES

Estimados lectores,
Cúan frecuentemente en la ultra-civilizada y mega-moderna Europa Occidental nos jactamos de eso, de ultra-civilizados y mega-modernos.
Pues resulta que en ciertos países cuasi-tercermundistas en lo económico (a veces, sin el cuasi), el sistema político parece ser más limpio que, sin ir más lejos, en nuestro querido Reino de España. Ya pudimos ver en Honduras que la independencia del poder judicial, comandando la deposición del primo hermano del orangután del Orinoco, tiene un grado de pureza mucho más elevado que en España, donde el poder político contempla y contribuye activamente al desmembramiento de España, de la España constitucional, maniatando al poder judicial, y al poder militar (no nos olvidemos de él ni del artículo 8 de la Constitución).
Fíjense por favor en la última frase del artículo, porque tiene más importancia de la que parece: "En un sentido esta sentencia concuerda con otras sentencias similares en Ecuador, Argentina y recientemente en Chile”. Eso, señores míos, se llama forjar unos valores comunes, sólidos, una identidad propia asentada en los verdaderos derechos de las personas. Eso, señores míos, se llama, hacer América.
¿Siguen pensando que Hispanoamérica es tan subdesarrollada? Pues resulta que el alumno está superando con creces al maestro. Para meditar....

Fuente: http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=4571
Ordena al Ministerio de Salud que no la distribuya

El Tribunal Constitucional del Perú prohibe la píldora post-coital por ser potencialmente abortiva

El Tribunal Constitucional del Perú invalidó la distribución de la denominada «píldora del día siguiente» en los centros de salud pública y ordenó al Ministerio de Salud que se abstenga de desarrollar esta política, porque no se ha descartado el potencial efecto abortivo del polémico fármaco. Según informó la Oficina de Imagen Institucional del TC, los magistrados consideran «que no se ha demostrado la inexistencia del efecto abortivo, la inhibición de la implantación del óvulo fecundado en el endometrio».

Publicado el 2009-10-23 10:40:00

(ACI/InfoCatólica) De esta manera, el TC declaró fundado el recurso de amparo presentado en la ONG Sin Componenda “luego de evaluar los argumentos presentados por importantes instituciones nacionales e internacionales” sin que se haya podido desvirtuar que “el derecho a la vida del concebido pueda ser gravemente menoscabado por el uso del indicado fármaco, de acuerdo con el artículo 2.1. de la Constitución vigente”.

“En esa lógica, la sentencia ordena que los laboratorios que comercializan la ‘píldora del día siguiente’ incluyan en la posología una advertencia destinada a que los consumidores tengan conocimiento suficiente de que el producto podría tener un efecto abortivo”, agrega la nota de prensa.

Según Carlos Polo, director de la Oficina para América Latina del Population Research Institute (PRI), el TC “ha actuado correctamente porque planteó las cosas en su justa medida. Los promotores y los que venden la píldora tenían que demostrar que el efecto antimplantatorio no existía y no pudieron hacerlo." PRI es una de las organizaciones citadas en la sentencia del TC.

“La sentencia reproduce los textos completos de la literatura que acompaña al producto en diversos países donde se acepta el efecto antimplantatorio. Cita a la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA) que es el referente mundial en farmacología. Esta simple constatación es lo que nunca quisieron ver los últimos Ministros de Salud - desde Pilar Mazzetti- por obvios motivos ideológicos y en beneficio del laboratorio farmacéutico dueño de la marca Postinor” con el que se comercializa la sustancia levonorgestrel.

“En un sentido esta sentencia concuerda con otras sentencias similares en Ecuador, Argentina y recientemente en Chile”, indicó Polo.

domingo, 11 de octubre de 2009

BROTES VERDES

Estimados lectores,
Querría saber si para los revolucionarios pertencer a Europa también significa respetar lo que aquí se dice.
El proyecto de unidad europea es, en líneas generales, un atentado contra la legítima soberanía de los Estados (sobre esto hablaremos próximamente), pero es lo que tenemos, así que por lo menos, aprovechémosla para bien, tal y como se desprende de esta noticia.
Reclama a los estados miembros que respeten la decisión de las escuelas que apuestan por este modelo

El Parlamento Europeo respalda la educación diferenciada por sexosLa polémica sobre la educación diferenciada se ha trasladado a Europa. La UE prepara un estudio para noviembre.

24 Abril 09 - Jorge Valero
-En pleno proceso en el que la educación a niños y a niñas en aulas separadas se ve amenazada en Cantabria y en Asturias (en Galicia el proceso ha quedado en el aire por el reciente cambio de Gobierno), Europa ha dado un espaldarazo a la también llamada educación diferenciada en su último informe sobre educación. Para el Parlamento Europeo, un principio está claro: los estados miembros deben respetar la decisión de las escuelas que quieran diferenciar a los alumnos por sexos.
En un informe aprobado el 1 de abril, la Eurocámara indica que las diferencias de trato en la admisión de alumnos a centros educativos confesionales o basados en ciertas convicciones estarán permitidas «para preservar el carácter y la ética específicos de tales centros y la pluralidad de centros educativos», precisa.
Los eurodiputados recordaron que esta diferenciación no debe dar lugar a la denegación del derecho a la educación ni tampoco se puede utilizar este derecho para justificar discriminaciones por otros motivos.
Tal es la complejidad del debate, y la necesidad de contar con una base empírica fiable para evaluar las ventajas o desventajas de este sistema, que la UE prepara un estudio sobre la educación diferenciada. Se prevé su presentación el próximo noviembre, durante la celebración de una conferencia sobre el asunto.
Suecia, que ostentará la presidencia de la Unión el próximo semestre, encargó a Eurydice, el observatorio europeo de la educación, un estudio sobre el impacto de los géneros en la educación, en el que una de las dos partes se centrará en la educación diferenciada por sexos.
Según explica la responsable del trabajo, Bernadette Forsthuber, el motivo de este estudio es «la preocupación de que las chicas obtienen mejores resultados que los varones, sobre todo en lectura, matemáticas y ciencia». Por esta razón, el trabajo intentará averiguar el impacto del sexo en los resultados. Euridyce ha pedido a los estados miembros que indiquen qué porcentaje del sistema educativo nacional está dedicado a la educación diferenciada, si existen centros públicos que diferencien por sexos y si se cuenta con datos estadísticos nacionales relacionados con este esquema de enseñanza.
«A pesar del resurgir de la educación por sexos en EE UU o Reino Unido, el principio general en los países europeos es la enseñanza conjunta», comenta la experta. En su opinión, no se puede decir que un modelo es mejor que otro porque depende del proyecto pedagógico.
Sin ideologías
Por otra parte, el presidente de la Asociación Nacional para la Educación Pública de un Sólo Sexo en Estados Unidos, Leonard Sax, defendió ayer en Madrid en el Foro Nueva Economía el modelo diferenciado que, a su juicio, tiene que alejarse de prejuicios políticos y religiosos.
El experto destacó que hay estudios que demuestran que la progresión profesional de los que fueron a centros privados diferenciados en EE UU «es superior» a los que acudieron a una escuela mixta. Un ejemplo es la anterior secretaria de Estado de los EE UU, Condoleezza Rice.

miércoles, 7 de octubre de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Estimados lectores:

Que, mientras se ponen trabas a la financiación pública de la educación religiosa, el cine español subvencionado hace de las suyas en el terreno de la revolución cultural anti-religiosa, es un hecho.

No pasa un año sin que la revolución dé a luz algún producto de este tipo, plagado de falacias. En este caso, y en honor a la verdad, hay que decir que esta película está financiada con capital privado (Tele5), pero el objetivo es el mismo, y si no, vean: se ha conseguido exactamente lo que se pretendía, que es la frase textual que figura en el subtitular.

Financia telecinco, sí, pero se le ha dado pública notoriedad en la 1, La Sexta y Cuatro, para cerrar el círculo de los mass media revolucionarios.


AMENÁBAR PROMOCIONA SU PELÍCULA «ÁGORA»

«Los que había a mi alrededor dijeron al acabar la película: qué hijos de puta son los cristianos»

En el transcurso del programa de Cuatro «El hormiguero», Alejandro Amenábar aseguró que la reacción de quienes vieron terminar su película «Ágora» que se estrena ahora en España fue así de contundente. La misma que puede llevar a la superproducción de 50 millones de euros a la ruina. Ya tiene problemas para distribuirla en EEUU.

«Las personas que había a mi alrededor dijeron al acabar la película: qué hijos de puta son los cristianos». Así de resuelto y sin tapujos respondía el director de cine Alejandro Amenábar el lunes pasado, cuando Pablo Motos, presentador del programa de entretenimiento «El hormiguero» de Cuatro, le interrogó sobre si el argumento de la película iba a provocar animadversión y odio hacia los cristianos.

El oscarizado actor, que ha reconocido su ateismo militante después de ser primero católico y agnóstico en una etapa intermedia, ha escudado esta postura durante la promoción de su película en qu ese trata simplemente de una denuncia de los «fundamentalismos» y que «hay buenos y malos» entre cristianos, judíos o paganos. Según su propia versión, expresada durante el pasado festival de Cannes, la cinta refleja «el momento en el que el cristianismo dejó de ser perseguido para convertirse en perseguidor». Para ilustrarlo, Amenábar construye una ficción con pretensiones de historicidad, en la que la última directora de la Biblioteca de Alejandría, la matemática Hipatia, es asesinada.

Razón y fe
El Observatorio Antidifamación Religiosa(OADIR), ha publicado una carta abierta al director, en la que le reprocha que «ofrece una visión sesgada en interesada entre las ciencias y la Iglesia, entre la razón y la fe», con plena consciencia de que con ello canalizará «cierto odio hacia los cristianos y hacia la Iglesia católica», como ha reconocido en el citado programa de televisión.

Del mismo modo, desde el OADIR se hace hincapié en que «aparte de los pronunciamientos de Papas anteriores (la encíclica Fides et Ratio, por ejemplo) y de grandes teólogos (como santo Tomás de Aquino), el Papa Benedicto XVI se ha pronunciado en gran cantidad de ocasiones en torno a la cuestión de la racionalidad de la fe». En concreto, señala que el Santo Padre ha reiterado que «el cristianismo es una religión netamente racional, anclada en la razón, en el Logos, que es el nombre, no por casualidad, dado a Jesús de Nazaret».

Riesgo de quiebra
En todo caso, la estrategia de promoción parece verse necesitada de un cierto grado de agresividad, ya que el largometraje, que ha tenido una acogida dispar en los festivales en los que la ha presentado, está en un grave riesgo de no ser rentable, debido precisamente a su carácter anticristiano.

Lo que más preocupa en este momento a los productores, es el escaso entusiasmo de los distribuidores de EEUU donde, según la revista Variety, la superproducción carece «de estilo y de pulso emocional» que podría traerle «problemas para su aceptación entre una audiencia masiva, al menos en EEUU», según recoge el Confidencial Digital.

En España, «Ágora» podría recaudar unos 12 millones de euros y, de ahí hasta 50, hay un abismo financiero por salvar.

Fuente: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=4817

domingo, 4 de octubre de 2009

CONTRARREVOLUCIÓN. ¿SE PUEDE HACER ALGO?

Por Javier de Miguel


Las cosas están mal, bastante mal, para ser sinceros. Lo podemos ver en los periódicos, en la actualidad más palpable. ¿Están en España las cosas peor? Quizá. O quizá no mucho peor que allende. Pero la pregunta clave es: ¿se puede hacer algo? ¿Estamos condenados a sufrir las penurias de un sistema cada vez más totalitario sin poder mover un dedo?.

Hablemos de España. En España, entre siete y nueve millones de españoles acuden con asiduidad a la misa dominical. Entre el 75% y el 90% se considera católico, y los no-creyentes y ateos apenas alcanzan una cuarta parte de la población (los datos varían entre estas cifras según fuentes). Es decir, esto son datos objetivos, no se los inventa nadie. Con esto no quiero decir otra cosa sino que nos encontramos en España, y no en Yemen, Rusia, Suecia o Ruanda.

Segundo punto: en España disponemos de algo así como un régimen democrático. Ya saben por qué digo “algo así”, pero para la reflexión que nos interesa ahora, España puede considerarse un país democrático. Y puede considerarse así porque más de 35 millones de españoles están llamados a las urnas en cada cita electoral. Y lo único que existe contra eso es el pucherazo (hacer votar a difuntos, como tenían por costumbre en la democrática II República, y demás).

Tercer punto: hagamos un sencillo ejercicio de aritmética. De estos 35 millones, tomando una participación promedio del 75%, resultan 26 millones de votantes. De ellos, aproximadamente 21 millones votan a los partidos mayoritarios, aproximadamente 1 millón a partidos de los considerados de “extrema izquierda”, unos 2,5 millones a partidos nacionalistas, y el resto, 1,5 millones, a otros partidos menores. De nuevo, datos públicos y notorios, irrefutables.

Cuarto punto: extrapolemos estos datos a la población definida como católica y que, por lo visto, practica. Seamos conservadores: digamos que hay “sólo” 7 millones, es decir, el rango más bajo del abanico de datos de que se dispone. Y supongamos también que la participación en este colectivo “baje” al 60%, debido a múltiples causas, como el descontento o la existencia de un colectivo de personas mayores que pueda no votar, niños, etc. (cosa que podría ser discutible). En cualquier caso, tendríamos ¡4,2 millones de católicos practicantes! con derecho a voto en cada convocatoria electoral. Y eso sin contar los no-praticantes o no-creyentes que defienden los postulados de los principios no-negociables (otro día hablaremos de ellos).

La pregunta tonta es: ¿qué papel han jugado / juegan esos cuatro millones (antaño fueron más, y en 1977 ni les digo) mientras que, en más de treinta años, se han aprobado divorcios, abortos, matrimonios gays, EpC, LOGSE, etc?. La respuesta, tonta también, es: residual, insignificante, marginal, tangencial. Lo justo para llenar dos minutos de telediario tres veces al año y poner en bandeja los comentarios habituales de los medios afines a la revolución (que son muchos, más de los que se imaginan, y si no, lean El Mundo). Y esto por no hablar de la división interna que existe dentro de la propia masa social que, se supone, nos representa. Y sobre esto último, la revolución lo sabe perfectamente, lo que le permite apuntarse con toda comodidad al napoleónico “Divide y vencerás” (encarnado en el "yo soy católico" del Sr. Blanco).
¿Se han fijado que en Reino Unido, Francia o Alemania, los partidos ganan las elecciones con un 30% de votos? Pues en España no se ganan unas elecciones con menos del 40% de apoyos. ¿Y se dan cuenta de que, mientras en estos países, socialistas, liberales o conservadores pueden perder una cuarta parte de sus apoyos en cuatro años, en España, ninguno de los dos grandes partidos ha bajado del 30% desde 1993? Traducción: España es un país de abonados políticos cuyo sistema ha devenido en un bipartidismo salvaje, un sistema a la búlgara en dos bloques, inducido en gran parte por los votantes y sus recalcitrantes reincidencias electorales.

Lo grave del asunto: los defensores de los principios anti-revolucionarios podemos (y no lo hacemos) llevar las riendas de este país con cuatro millones de votos, tal y como las llevan los partidos nacionalistas con sus dos millones y medio de abonados, corregidos, claro está, por la trampa de la ley electoral pro-centrifuguismo.

No se trata con esto de hacer la edulcorada arenga a la participación que tenemos ocasión de escuchar en cada campaña electoral. De lo que se trata es de desenmascarar una dramática realidad: hay 4 millones de personas con capacidad para inclinar la balanza hacia “el otro lado”. Y es dramática no porque sean pocos (por como hemos hecho el cálculo, se podría defender que son incluso más), sino por la terrorífica ineficiencia en el “uso” de ese brazo político que se traduciría, agrupado en fuerzas políticas con representación, en unos 30 escaños. Justo los que necesita un partido en el gobierno en minoría para probar presupuestos, leyes y todo lo demás. ¿Qué presidente del Gobierno o líder de la oposición no haría cualquier cosa para contar con el apoyo de 30 diputados ajenos?

El político solamente entiende el lenguaje de los sondeos y los escrutinios. Y ya va siendo hora de que le hablemos en su lenguaje. De nada sirve emplear el lenguaje de las manifestaciones, si eso no se traduce en amenaza electoral. Es “llamar perro y echar pan” a las fuerzas políticas dominantes, además de poner en la boca de los ideólogos revolucionarios adjetivos fáciles relacionados con al hipocresía, que no sin razón espetan continuamente al contemplar gozosos las tozudas contradicciones entre palabras y hechos de muchos de quienes defienden una sociedad justa y digna basada en los principios no-negociables.

En definitiva, la masa sociológica cristiana en España es suficientemente amplia como para hacer valer su peso político. Y la acción política directa es el arma más poderosa de que disponemos en nuestra “democracia”, que si es menos democracia es debido a la tibieza de quienes no son capaces de dar una bofetada al bipartidismo, formado por una especie de dúo sacapuntas, y que a los ojos de la mayoría representan, respectivamente “el progresismo” unos, y “el conservadurismo” los otros, cuando los primeros lo único que hacen progresar es la descomposición social de España, y los otros lo único que conservan son las tropelías y atropellos que la izquierda revolucionaria perpetra contra la sociedad.

¿Se puede hacer algo? Evidentemente que sí. De hecho, lo primero que se debe hacer es cambiar la manera como se está haciendo casi todo. No está mal, para empezar. El problema es que ya hemos perdido 30 años, y lo que queda.

Y por supuesto, no esperar que nadie lo haga por nosotros.

viernes, 25 de septiembre de 2009

REVOLUCIÓN Y NEW AGE. ¿SOCIOS O HERMANOS?

Por Javier de Miguel
Es cierto que, a menudo, la delimitación de los conceptos “Revolución” y “Nueva Era” puede parecer al lector poco diáfana, insignificante e incluso irrisoria. Sobre lo que es y de lo que trata la revolución cultural, ya hemos hablado. Pero, ¿qué es la New Age? ¿Qué relación tiene con la revolución cultural y qué papel tiene en ella?

Como naturaleza, la New Age es un conglomerado de filosofías que pretende sustituir la espiritualidad humana tradicional en las sociedades occidentales, por otra, de carácter artificial, infantil diría yo, ambigua y más centrada en la divinización del propio hombre y su entorno que en el culto a una divinidad personal. Yo soy partidario de calificarla como un brazo de la revolución cultural, si bien tiene, como el resto de brazos, un cúmulo de características que la hace autónoma y distinguible individualmente. Pero a su vez, es un engranaje más, quizá menos mediático, y para algunos menos conocido y más subrepticio, si cabe, que las propias ideas nucleares de la revolución. Pero la realidad es que ahí está, y trataremos de analizar brevísimamente sus características e influencia.

Partamos de la base de que toda ideología debe tener un componente espiritual, y la revolución cultural no podía ser una excepción, por mucho que odie la religión. Cualquier proyecto con mínimas garantías de prosperar a largo plazo necesita un componente espiritual que satisfaga la necesidad natural trascendente del hombre. El comunismo fracasó, en lo económico ya sabemos por qué, pero en lo social, precisamente por no ofrecer una vertiente espiritual, y por pretender arrancar a la fuerza, y sin ofrecer nada a cambio, algo tan enraizado en la persona como es la espiritualidad

Hace tiempo hablamos del deísmo, y su relación con la revolución, la masonería, etc. Decíamos que el deísmo es el huevo de colón que necesita la revolución para asentar su ideología sin que la religión sea una cortapisa a sus objetivos, pues acalla la necesidad antropológica de agarrarse a una trascendencia, si bien ésta toma la forma de Dios impersonal, alejado y que nada tiene que decir ni prescribir sobre la vida moral de los individuos, que se fragua, en los hogares en lo concerniente a lo privado, y en los parlamentos en lo concerniente a lo público.

Afirmación tópica: las sociedades occidentales son, grosso modo, materialistas: cierto, pero ¡Cuidado! También hay espiritualidad. Sobre la calidad y la utilidad de la misma, hablaremos en seguida. Pero, haberla, hayla. Y la New Age, sin proponer estrictamente la espiritualidad masónica, se parece bastante a ella, si bien da algunos pasos más. Del Gran Arquitecto del Universo pasamos a una divinidad que sirve para armonizar al individuo con su entorno, eso sí, con dudosos métodos.

De la religión tradicional a la New Age

Dicha transición, perfectamente orquestada y planificada a escala planetaria, pretende desplazar las tradicionales prácticas religiosas hacia otras, bastante desfiguradas, caricaturescas, en ocasiones, hilarantes y rayanas en el ridículo, pero no por ello menos peligrosas.

Por ejemplo, la oración es sustituida por la meditación: de lo que se trata no es de hablar con Dios como lo haría un hijo con un padre, sino de que ese “dios” (mío, particular) me transmita una serie de “energías”, que canalice mis emociones y me proporcione paz, pero no el tipo de paz profunda que proporciona la oración, sino una mera desconexión de las preocupaciones y ansiedades que genera el día a día.

La religión tradicional se sustituye por el panteísmo y el sincretismo religioso. Se trata de construir una religión universal, común a todos los seres humanos, en base a la famosa ética de mínimos que, en el campo religioso, recogería una especie de eclecticismo de credos, en el que la espiritualidad oriental tendría un peso específico importante, en perjuicio de las religiones monoteístas tradicionales, que son consideradas “ortodoxas y puritanas”, y por tanto, incompatibles con este pensamiento.

La relación con la naturaleza

El ecologismo radical del siglo XXI confunde la antropología humana cuando afirma que los derechos de Gaia, o la “Madre Tierra” son tan importantes (cuando no más) que los del propio individuo. Lo cual es un auténtico dislate moral, pues no es la “Madre Tierra” la que goza de derechos, sino nosotros quienes tenemos graves obligaciones hacia ella. Pero eso sin olvidar (y aquí viene el error) que el único ser vivo con dignidad absoluta es el ser humano, y que ni los simios ni la naturaleza en general alcanzan este nivel de dignidad, pues su naturaleza es diferente.

El culto al cuerpo y a la salud es otro de los pilares del pseudo-naturalismo que propugna la New Age. Ejercicios físico-espirituales como el yoga, el zen, la meditación, etc, pretenden poner en paz y armonía entre cuerpo y alma (monismo), en aras a suplantar el equilibrio espiritual que, a largo plazo, sólo ofrece la verdadera oración y la verdadera relación con Dios.

New Age y revolución

Volviendo a lo pragmático, ¿qué tiene que ver la New Age con la revolución cultural, o qué le aporta a la misma? Básicamente, lo que aporta la New Age a la revolución cultural es el amansamiento y adormecimiento de las conciencias, que no es poco. Arrinconando la objetividad moral y el concepto tradicional de trascendencia, divinizando al propio hombre, distrayendo la atención hacia lo superfluo, como el cuidado del cuerpo o los derechos de Gaia, se consigue allanar el camino a la revolución cultural. En otras palabras, la New Age es el Prozac que la revolución necesita para, una vez arrancada la religión tradicional, instaurar un nuevo orden, éste si, con un componente espiritual, pero ¡ojo! Un componente espiritual que no molesta a los mandamases de la revolución, incluso les ayuda, pues de algún modo calma la esquizofrenia social que genera su desquiciante ideología.

Acabo respondiendo a la pregunta inicial. ¿Socios o hermanos? En lo consanguíneo, quizá primos segundos, pero desde luego, socios muy bien avenidos. Socios en pro del neo-paganismo (que no atéismo) y de la idiotización de la conciencia natural de las personas. Para meditar (pero en serio)…

domingo, 20 de septiembre de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Estimados lectores:
Al contrario de lo que estamos acostumbrados en esta seción, lo revolucionario no es el autor del artículo ni el medio donde se ha publicado, sino su contenido, y las referencias que éste hace a las ideologías revolucionarias.
En definitiva, un buen artículo que sirve para aliñar el carácter global de las ideologías revolucionarias, y que introduce un tema que abordaremos en breve en nuestra sección de opinión: la New Age o Nueva Era.



Un marxista al frente de Naciones Unidas (II).

Por si el ecoateísmo fuera insultante para algunos creyentes, Escoto, cual Yoda de Star Wars nos recuerda la existencia de la "Energía de Fondo". No es broma.

José Luis Bazán

Las torpezas verbales de Miguel d’Escoto son rayos que no cesan. Ha pronunciado un discurso de enorme calado en la Conferencia de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre la Crisis Financiera y Económica Mundial y Su Impacto Sobre el Desarrollo, que ha tenido lugar en Nueva York entre el24 y el 26 de junio. En el mismo, Escoto ha sintetizado algunas de las líneas maestras de la nueva ética planetaria que está promoviendo Naciones Unidas. Preocupante proyecto para los que pensamos que hay una ley natural, no creada por el hombre, sino nacida del hombre, que refleja normativamente las necesidades y exigencias derivadas de la condición humana. Escoto quiere un nuevo hombre, un nuevo orden moral, una nueva ética a imagen y semejanza no de su ser, sino de su querer, de sus deseos y proyectos: «Hemos construido una economía globalizada. Ahora es el momento de crear una política y una ética globalizadas a partir de las muchas experiencias y tradiciones culturales de los diferentes pueblos».


Entre los ejes fundamentales que según Escoto podrían dar coherencia a las nuevas iniciativas que busquen construir alternativas se encontraría «forjar un ethos mínimo desde el intercambio multicultural y desde las tradiciones filosóficas y religiosas de los pueblos, a fin de que puedan participar en la definición del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra y en la elaboración de nuevos valores». Es la ética mínima que en España promueven los doctores del socialismo, esa que niega la naturaleza humana para crear un nuevo ciudadano súbdito del poder.

En esa nueva ética la dignidad correspondería a la Madre Tierra, que «por el hecho de ser viva y generadora de todos los seres vivientes, tiene dignidad (dignitas Terra). Esta dignidad reclama respeto y veneración y hace que ella sea portadora de derechos». Esta perspectiva biocéntrica niega la condición de Dios como bien supremo del hombre: «El gran Bien Común de la Humanidad y de la Tierra es la propia Humanidad como un todo», afirma Escoto. Su visión panteísta de la realidad se afirma al considerar «la comunidad de la vida humana – la Humanidad - como la parte consciente e inteligente de la misma Tierra». No somos hijos de Dios, sino que en palabras del sacerdote católico suspendido «todos somos hijos e hijas de la Tierra y a ella pertenecemos». Puro ecoateísmo de matriz indígena.

Por si el ecoateísmo fuera insultante para algunos creyentes, Escoto, cual Yoda de Star Wars nos recuerda la existencia de la “Energía de Fondo”. No es broma. El Sr. Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, apelando a la ciencia, pretende embaucarnos con misteriosas energías -de las que los físicos y metafísicos se carcajean-, que sustituirían en la futura era de acuario al Dios de la religión: «Pertenece al Bien Común de la Humanidad la creencia testimoniada por las tradiciones espirituales y afirmada por cosmólogos y astrofísicos contemporáneos, de que por detrás de todo el universo, de cada ser, de cada persona, de cada evento y de nuestra crisis actual, actúa la Energía de Fondo, misteriosa e inefable, llamada también Fuente Alimentadora de todo el Ser. Esta Energía sin nombre – estamos seguros – actuará también en este momento de caos ayudándonos y empoderándonos para vencer al egoísmo y tomar las medidas necesarias para que éste no sea catastrófico, sino creativo y generativo de nuevas órdenes de convivencia, de modelos económicos innovadores y de un sentido más alto de vivir y de convivir».

Eso sí, este revolucionario ecomarxista, que rinde culto a la Tierra y a la Energía de Fondo, termina en su desfachatez añadiendo a su mayonesa retórica, unas palabras de Benedicto XVI sobre la necesidad del reparto de los recursos entre los pobres, algo que siempre otorga credibilidad moral, da un toque distinguido a su prédica, y atrae a su discurso ecoateo a más de un cristiano despistado.

Escoto es la boca de esa camarilla de iluminados de la ciudadanía planetaria, bien situados en Estados y Organizaciones Internacionales, que en su lucha contra el Dios de la religión, promueven una espiritualidad del hombre para el hombre, un aquietamentes que no propicia la unión de la criatura con el Creador, sino del hombre con la Humanidad.

Este ortodoxo sacerdote del nuevo paganismo de la espiritualidad sin religión ha llegado lejos en sus aspiraciones de poder. Sin duda, ejerciendo de sacerdote católico no lo hubiera logrado, porque para ser Papa no basta el poder humano, por muy encumbrado que esté. Pero se ha extralimitado en su intento de sentar las bases del paraíso en la Tierra, frustrada pretensión de totalitarismos sangrientos, perfecta excusa para tropelías por doquier. Vienen a mi memoria las palabras de los Proverbios: «Gobernando los malvados crece la iniquidad; mas los justos verán su caída».

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=4418

miércoles, 9 de septiembre de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Apreciados lectores:
Una vez más, una de las atalayas mediática de la revolución, el diario Público, hace asomar otra, somera pero clara, síntesis del pensamiento revolucionario, del proyecto de cambio cultural que las esferas revolucionarias pretenden en España, ya expuestas y ampliadas en este mismo blog. Y lo hace de la mano de una entrevista a Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de nuestra (prosti-consti) tución. Valga el título como resumen del resumen.


Gregorio Peces-Barba: "La Iglesia no cree ni en la democracia ni en la libertad"

Catedrático. Tres años después de dejar el Alto Comisionado para el apoyo a las Víctimas del Terrorismo y la política activa, analiza las últimas reformas sociales y el papel de la Iglesia

Al oír el nombre de Esperanza Aguirre, una risa acelerada se descuelga de los labios de Gregorio Peces-Barba (Madrid, 1938). A continuación, el ex rector de la Universidad Carlos III y uno de los siete padres de la Constitución, frunce el ceño y carga contra la privatización educativa de la lideresa del PP. Su defensa de la democracia y los derechos humanos le costó una detención policial y la suspensión de su ejercicio co-mo abogado a finales del régimen franquista. Hoy, 38 años después de aquellas sanciones y liberado del corsé político, critica tanto a la oposición como algunos de los "signos progresistas sin sentido" del que fue su partido, el PSOE. Este verano dirigió un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre Los Derechos Humanos en el siglo XXI.

Usted cita el progreso, la libertad y la igualdad como los tres pilares de la reforma política del siglo XIX. En la actualidad, ¿se están produciendo regresiones en alguno de estos campos?

La extensión de esos tres valores no avanza con la velocidad con la que tendría que hacerlo en África o Asia, pero la igualdad y la libertad están bastante consolidadas en Europa. Hay cosas que ningún gobierno europeo, por muy conservador que sea, puede cortar. Aunque puede que haya algunos retrocesos coyunturales. Todavía queda mucho por avanzar.

¿Cuales son esos retrocesos?

Retrocesos en las estructuras democráticas, como el sufragio universal en algunos países. En América, después de vivir un tiempo sin militares, está habiendo un rebrote.

¿Cómo tratan Europa y Españaa los inmigrantes?

Hay una perspectiva ideal de puertas abiertas, pero es imposible. Y la real, tiene sus claroscuros. Por lo general, los derechos del hombre se respetan. Los que no se respetan son los del ciudadano: los derechos políticos. Además, los derechos económicos, sociales y culturales tienen problemas, porque casi nunca dependen de las autoridades políticas y jurídicas, sino de empresarios, que son menos escrupulosos. Y luego tenemos los ingresos de inmigrantes irregulares en sistemas que no son carcelarios, pero casi. Y eso bordea lo inaceptable en muchos casos.

¿Considera que es aceptable su internamiento en los CIE?

El internamiento rompe principios básicos del derecho democrático occidental: internar sin comisión de delitos en centros que son casi prisiones no está en la línea del progreso de los derechos humanos en Occidente. La duración que tienen en algunos países es excesiva.

¿Europa está girando hacia la extrema derecha?

No. Son vaivenes. En España, por ejemplo, no ha habido un aumento, ni lo habrá mientras haya una memoria histórica de lo que supuso el franquismo. Tiene que pasar mucho tiempo hasta que las posiciones nazis o fascistas tengan en la Europa de los 27 posibilidades de alcanzar el Gobierno. Y, desde luego, es impensable que lo alcancen por vías no democráticas, como ellos querrían.

¿Qué opina del desarrollo de la Ley de la Memoria Histórica?

Hay dimensiones en las que no hay más remedio. Pero me resulta inconcebible que el Gobierno y las autonomías tomen decisiones administrativas y ayuden, por ejemplo, a abrir y descubrir tumbas. La memoria histórica no tiene más que un efecto honorífico y compensatorio después de 70 años. Han prescrito todos los posibles delitos y, desde el punto de vista penal, ya no pueden ser compensados.

La Iglesia apoyó al franquismo.

La Iglesia fue partidaria de los vencedores en la Guerra Civil y tomó partido. Tiene muy débiles concepciones democráticas y estaba muy bien con el franquismo. Ellos no creen en la democracia, no creen en la libertad. Creen que la verdad es única y es la que ellos defienden. Y son partidarios del monopolio de la verdad religiosa. La Iglesia española, y quizá la italiana, son restos del Jurásico y no tienen remedio.

¿Por qué la Iglesia ha evolucionado de forma diferente en Francia que en España?

Porque en Francia tuvieron muy claras las cosas desde el último tercio del siglo XIX. Esta cuestión culminó en 1905, con la ley de separación entre Iglesia y Estado. Para la evolución de Francia ha sido muy importante la evolución de laescuela pública.

¿Cómo son las relaciones Iglesia-Estado en España?

El Estado no ha tenido la suficiente firmeza para poner a la Iglesia en su sitio. Tiene una especie de temor reverencial. Y hay una cierta contradicción: permite la enseñanza de la Religión como una asignatura más y que se hagan juramentos con la Biblia en ámbitos públicos; y, sin embargo, se toman medidas aisladas radicales y juveniles, como la ley sobre la interrupción del embarazo.

¿Está a favor de la reforma de esta ley?

Que las niñas de 16 años puedan decidir libremente si abortan sin consultar con sus padres es una medida poco aceptada por los ciudadanos. Y a mí me parece un exceso. Está bien que decidan, porque tienen ya madurez para hacerlo, pero no se debe romper sin más ese hilo con la familia: es una institución fundamental. Quite usted [el Gobierno] los crucifijos y no haga signos de progresista sin sentido como ese.

¿Qué riesgos tiene la privatización de la educación?

Hay que evitar a los piratas que torpedean la educación pública, como Esperanza Aguirre, que vulnera la ley y prevarica porque rompe el principio de que la enseñanza pública es lo primero y la privada y la concertada, secundarias. Y el señor Camps quiere que se dé Educación para la Ciudadanía en inglés. ¡Hay que ser idiota! Además, en los ámbitos donde mantiene la educación pública, corrompe su sentido y favorece la separación de niños y niñas. Es otra ocurrencia injustificada.

lunes, 31 de agosto de 2009

REVOLUCIÓN vs CRIMINALIDAD, O POR QUÉ LA JUSTICIA DEJÓ DE SER TAL

Por Javier de Miguel

Con ocasión de los trágicos sucesos que hemos conocido estas últimas semanas respecto de varioa asesinatos y violaciones de menores, me parece oportuno hacer una excepción a mi intención general de tratar los temas en este blog en clave de intemporalidad, que pretende evitar que los artículos se conviertan en simples editoriales motivados por la rabiosa actualidad, y que se devalúen en la medida en que nuestra memoria pierda los detalles sobre los hechos que los motivaron, y por tanto, el tiempo corra en contra de la frescura de su análisis a posteriori.

No obstante, pienso y espero que sea una excepción parcial, porque las noticias recientes de estos y otros crímenes solamente servirán de coartada para introducir un tema mucho más estructural, que afecta, como tantos otros, al sistema y que, también como tantos otros, tiene su leit motiv en las ideologías revolucionarias, especialmente las que copan el espectro político de la izquierda.

Que la delincuencia es un fenómeno que, a día de hoy, se puede calificar de descontrolado, por su volumen creciente y su imprevisibilidad; que la justicia es caótica e ineficaz en muchos casos; que la burocracia está por encima de los problemas; y que la sensación social generalizada de impunidad ante el delito es creciente, son hechos que, por evidentes, no merece la pena discutir. Lo que es menos evidente, al menos para la opinión pública son las causas últimas de todo ello. Por tanto, intentaremos acudir a ellas, y a su relación con el código genético de las ideologías revolucionarias, que podemos sintetizar en cuatro puntos:


i) Lo primero es lo primero

En primer lugar, las ideologías revolucionarias exaltan la libertad absoluta, como valor cuasi-supremo, sólo superada – y no siempre - por la igualdad (traducido: igualitarismo), y desde luego, infinitamente superior al concepto de responsabilidad, del cual la libertad nunca puede ir separada, de ahí el error en la concepción de la propia libertad.

¿Y qué tiene que ver esto con la delincuencia? Pues lo definió mejor que nadie Felipe González en la década de la borrachera progre en España: “Contra la delincuencia, libertad”. Y no hay que irse tan lejos: basta recordar aquella mítica frase de nuestro ahora presidente, en relación al “mar de injusticia universal” que, a su juicio, era la causa del terrorismo internacional. Así pues, la causa de la creciente inseguridad ciudadana (se habló de ella hace algunos meses, ¿por qué no se ha vuelto a decir nada? ¿Qué tiene que decir la oposición al respecto?) sería que el sistema es demasiado rígido y/o injusto con los delincuentes, los cuales serían en realidad víctimas de la crueldad o la marginación a los que los somete el sistema, y por tanto, los poderes públicos deberían trabajar en orden a restablecer la “justicia universal” que necesita el paraíso terrenal-materialista que desean construir.


ii) Error en la consideración de la razón de ser de las condenas

Además de tener un concepto equivocado sobre las causas de la violencia en la sociedad, las ideologías revolucionarias tienen un concepto equivocado del objetivo de las condenas o penas. El término pena deriva del término en latín poena y posee una connotación de dolor causado por un castigo. No se trata tanto de un dolor físico, sino un dolor causado por la privación de derechos, básicamente el de libertad. Sí, sí, efectivamente estamos hablando de la privación de un derecho. Y eso es algo que las ideologías revolucionarias no soportan. Los derechos del sujeto priman por encima de todo, incluso aunque el sujeto infractor, en el ejercicio de sus supuestos “derechos” quebrante los de los demás. Por tanto, la ideología revolucionaria pretende conjugar el derecho, legítimo, de los ciudadanos, a no verse amenazados por el delincuente, con el derecho del penado, a que se le someta, sí o sí, a mecanismos de reinserción, incluso aunque ello ponga en peligro la seguridad futura de los mismos ciudadanos.

En otras palabras, la condena al delincuente sería un “conflicto de derechos” que se debe minimizar (en favor del delincuente, claro está), y yerra en tanto que omite que no puede haber sujetos de derechos sin sujetos de obligaciones, y la libertad (física) es uno de ellos, que está condicionado al cumplimiento de las “obligaciones” para con la sociedad en lo que se refiere al respeto a la vida, la libertad, etc, de las demás personas.

¿Reinserción? Para los ideólogos revolucionarios, reinserción y reducción de las condenas son conceptos relacionados. Uno es instrumento de la otro. De nuevo se yerra en este punto, pues pena y reinserción no son contraproducentes, ya que son conceptos independientes, más bien incluso relacionados positivamente. Dicho de otra manera, resulta un sinsentido que para favorecer que el penado no reincida en el futuro (si es que es eso lo que entendemos por reinsertar), haya que ablandar el castigo por un delito cometido en el pasado. Y lo es, en primer lugar porque quiebra el concepto originario de pena, y en segundo, porque da lugar a comportamientos situacionales por parte de los presos, y que amplían el margen de error por parte de los expertos que deciden en qué momento debe cada preso ser “reinsertado” (mientras se insiste en esto, llueven los casos de reincidencias durante los permisos carcelarios o durante el disfrute de libertad condicional, etc). Además, bajo este prisma, si la prisión ha de ser un lugar de reinserción, no habría ningún inconveniente en que pasen allí el tiempo que sea necesario, pues según esta lógica, una mayor duración de la condena, se debería relacionar con un mayor grado de reinserción.

iii) Antropología equivocada.

Quizá esta sea una de las causas de raíces más graves y profundas, y por ello, preocupantes, en tanto que afecta a la idea del hombre y de la sociedad, que las ideologías revolucionarias conciben, por sistema, de manera radicalmente deformada y opuesta a la verdad del hombre. Como herederos del Rousseaunismo, consideran la bondad natural del hombre como un axioma, y por tanto, cualquier comportamiento anómalo del mismo es achacado automáticamente a un problema social, siendo por tanto (y nos reenganchamos así con la primera causa) el delincuente una víctima que debe volver a su originario estado de naturaleza.

Y desde luego no podemos negar que existe una cierta lógica en el razonamiento: en sociedades respetuosas, ordenadas, de ciudadanos honestos y responsables, es más difícil que se cometan delitos, y sobre todo, que éstos queden impunes. Pero el fallo, el momento en que el razonamiento se desvía de la verdad, es en la concepción del propio hombre, como ser bondadoso y sin inclinación al mal, de manera que: “Si hay delitos, es SOLAMENTE porque la sociedad corrompe al individuo”, lo cual es falso, porque eso implicaría que la sociedad cambia la naturaleza del hombre, algo que de por sí es imposible, pues si el hombre tiene una naturaleza, ésta no puede modificarse, luego, o bien el hombre no tiene naturaleza (más próximo a las ideologías revolucionarias más radicales), o bien el razonamiento es absurdo, pues confunde la idea de naturaleza (tesis defendida en estas líneas). Resumiendo mucho: al ciudadano que se le transmite que haga lo que le dé la gana, hará cosas buenas y malas.

iv) Ideología irresponsable

Sin ningún género de dudas, el incremento de la conflictividad social es uno de los efectos más nocivos de las ideologías revolucionarias, en tanto que consecuencia de la podredumbre moral que siembran en la sociedad. Cuando, por defender de forma dogmática ideas secundarias (aunque para ellos fundamentales, pues es lo que les da de comer) se descuidan otros tan valiosos como la seguridad y las libertades de sus ciudadanos, algo se tuerce irremediablemente.

Recientemente, el Ministro de Educación se mostraba perplejo respecto a la escala de valores que tienen los salvajes que violaron recientemente a una niña de trece años. Sólo me caben dos explicaciones. O ese señor es un débil mental, cosa que dudo, o simplemente nos está tomando el pelo. Pero, ¿qué valores espera que tenga el “ciudadano-producto” de una ideología que rechaza la autoridad (excepto la suya y la de sus leyes), desprecia la tradición y ensalza incondicional y acríticamente lo novedoso, que convierte la sexualidad en un juego, que no respeta la vida humana en sus etapas más vulnerables, que pisotea la conciencia moral de sus ciudadanos y los somete al arbitrio de sus ideales de sociedad de laboratorio, que a nadie interesan, y que ningún problema real resuelven? El ciudadano que delinque (sobre todo si nos centramos en determinados delitos, los eufemísticamente denominados “de género”) es el producto de una sociedad que ha asumido que la sexualidad equivale a tomar un refresco: se puede hacer cuando se quiera, como se quiera, y con quien se quiera, y cuyo propio sinsentido es el que alimenta la violencia. Sí, sí, es así: el feminismo radical, que en el fondo (y en la superficie también) degrada a la mujer, la sexualidad banalizada (consecuencia del propio feminismo radical) y la degradación general que vienen sufriendo las relaciones interpersonales, conducen a esto, y SÓLO a esto.

Lo cortés no quita lo valiente: los sucesos son penosos, pero tengan por seguro que cada minuto de lamento, cada minuto de televisión con apariciones de políticos en manifestaciones de repulsa (¿contra quién? ¿contra su propia incapacidad?) o prometiendo la-nada (porque eso es lo que se ha hecho hasta ahora) en relación a la lucha contra la delincuencia, es un minuto perdido en analizar las causas verdaderas. Pero hasta en un tema tan sensible como es la delincuencia, decir la verdad escuece. Y no se trata de echar culpas, sólo de levantar una esquina de la alfombra para ver la porquería que alberga. Pero claro, esto es peligroso, porque se puede llegar a ver más porquería de la que se quiere que se vea. En definitiva, se buscan causas que poner sobre la mesa, pero causas que no dejen en mal lugar al que gobierna. Sólo una mentalidad así justifica el insulto a la inteligencia que supone que un servidor público diga, en plena era del "Estado-papá", que estos problemas se resuelven con "política social".
Yo se lo traduzco: lo que ese señor ha querido decir es: "Como somos incapaces de reconducir esta situación, porque en nuestro pecado ideológico llevamos la penitencia, mejor echar la culpa a "los otros": o sea, decir que España necesita del socialismo para superar el lastre de la tradición judeocristiana represiva y alienante".

Por eso, se necesitarían más dosis de "libertad" y "tolerancia" para luchar contra la delincuencia. Es mejor decir eso. Y es mejor, no porque resuelva los problemas, sino porque cuela mejor. Sólo por eso.

lunes, 13 de julio de 2009

PINCELADAS REVOLUCIONARIAS EN LA RED

Por Javier de Miguel

Estimados lectores:

A continuación una de las innumerables muestras de persecución religiosa que se dan en países tan "avanzados" como USA o Reino Unido.
Como diría un buen amigo mío: la ley dice que "Hay que ser tolerante". Le falta decir: "Y pobre del que no lo sea"


El «matrimonio» del mismo sexo y la libertad religiosaEl tema de la legalización de las parejas del mismo sexo sigue siendo tema de vivo debate. El 26 de mayo, el Tribunal Supremo de California respaldaba el referéndum, la proposición 8, que modificaba la constitución del estado para restringir el matrimonio a las parejas heterosexuales. El referéndum invalidaba una sentencia anterior del Tribunal Supremo del estado que había dado como resultado la legalización del matrimonio homosexual.

En las semanas que precedieron a esta última decisión, el matrimonio homosexual se legalizaba en tres estados. Como resultado, cinco estados norteamericanos permiten en la actualidad tales matrimonios Massachusetts, Connecticut, Maine, Vermont y Iowa.

Como apuntaba un artículo del Washington Post el 27 de mayo, cuatro de estos estados están al noreste y la excepción, Iowa, introdujo la legalización a través de una sentencia del Tribunal Supremo del estado y no a través de una votación legislativa.

Un importante elemento en los debates sobre este tema ha sido el de la libertad religiosa. En una columna el 23 de mayo en el New York Times, Peter Steinfels comentaba que una propuesta para legalizar el matrimonio del mismo, sexo en New Hampshire se había quedado estancada debido a que el gobernador del estado, John Lynch, insistía que sólo firmaría la ley si había fuertes garantías que protegieran a las instituciones religiosas. Algo que recibió el rechazo de quienes apoyaban la ley en la Cámara de Representantes.

Steinfels observaba que la experiencia de New Hampshire bien podría influir en los debates de otros estados, como Nueva York. Al final la legislatura y el gobernador llegaron a un acuerdo sobre las provisiones para salvaguardar la libertad religiosa y la ley fue firmada por Lynch el miércoles pasado.

Libertad religiosa
¿En qué sentido es una amenaza a la libertad religiosa la introducción del matrimonio del mismo sexo? Este tema ha sido considerado en un reciente fórum de preguntas patrocinado por el Pew Forum on Religion and Public Life. En la transcripción, publicada el 21 de mayo, los profesores Robert W. Tuttle e Ira "Chip" Lupu, de la I Facultad de Derecho de la Universidad George Washington, discutieron los posibles conflictos. Quienes se oponen al matrimonio homosexual, observaban, tienen la preocupación de que predicar I contra la homosexualidad en los sermones se convierta en delito.

También está la preocupación por las instituciones religiosas, como hospitales y universidades, que temen verse obligadas a proporcionar los mismos beneficios a las parejas del mismo sexo que actualmente proporcionan a los esposos heterosexuales. No se trata sólo de consideraciones teóricas, añadía ambos profesores. En el 2006, las instituciones de caridad católicas de Massachusetts tuvieron que abandonar sus servicios de adopción dado que habían cambiado las leyes estatales anti discriminación, haciendo obligatorio que las agencias ofrecieran niños en adopción a parejas del mismo sexo.

Otro tema de preocupación tiene que ver con los negocios privados y los individuos que tienen objeciones religiosas al matrimonio del mismo sexo. Esto implica a aquellos que proporcionan servicios para bodas o alquilan servicios residenciales.

En su comentario, los profesores admitían que la situación legal de tales objeciones religiosas está en general por establecerse. Las batallas en los tribunales se han centrado hasta ahora en la cuestión de si los estados deberían reconocer a los matrimonios del mismo sexo.

Problemas laborales

Según un artículo publicado por el Washington Post el10 de abril, hasta el momento a los objetores religiosos no les ha ido bien en las sentencias de los tribunales. Entre los ejemplos citados estaban los siguientes:

■La comisión de derechos civiles de Nuevo México obligó a una fotógrafa cristiana a pagar 6.637 dólares en costas judiciales tras negarse a fotografiar la ceremonia de compromiso de una pareja homosexual.
■Una psicóloga fue despedida en Georgia al negarse, por motivos religiosos, a dar consejo a una lesbiana sobre su relación.
■En California, el Tribunal Supremo del Estado inhabilitó a unos médicos de fertilidad cristianos por rehusar la inseminación artificial a una paciente lesbiana alegando sus creencias religiosas.
■No se dio reconocimiento a una asociación de estudiantes cristianos de la facultad de derecho de la Universidad de California por rechazar a miembros que practicasen el sexo fuera del matrimonio tradicional.
■Una página de contactos online, eHarmony, creada por un cristiano evangélico, Neil Clark Warren, accedió a proporcionar servicio a los homosexuales como parte del acuerdo de una demanda de un hombre de Nueva Jersey, que la acusó de discriminación.
Un artículo de opinión en el Los Angeles Times del 3 de mayo pedía una mayor protección legal para quienes objetan ante el matrimonio del mismo sexo por motivos religiosos. Robin Wilson, profesor de derecho de la Universidad Washington y Lee, sostenía que hasta ahora ningún estado ha proporcionado suficientes garantías de libertad religiosa al legalizar el matrimonio homosexual.

Wilson concedía que la legislación de Connecticut y Vermont contiene disposiciones para la objeción de conciencia, pero las leyes no proporcionan todavía suficiente protección a personas como gestores de bodas, dispensadores de catering y fotógrafos. "Debido a estas leyes, muchas personas podrían tener que escoger entre su conciencia y su sustento", afirmaba Wilson. Gran Bretaña también ha sufrido numerosos conflictos y enfrentamientos legales en este tema. Hace poco, las iglesias expresaban su temor de que las nuevas leyes antidiscriminación las obliguen a aceptar puestos de trabajo ocupados por homosexuales, informaba el periódico Telegraph el 20 de mayo.

La legislación entrará en vigor el próximo año pero, hasta hace poco, las iglesias habían confiado en estar exentas. Esta esperanza se esfumó cuando en una reciente conferencia Maria Eagle, ministra de igualdad, afirmaba que la ley cubrirá a casi todos los empleados de las iglesias.

"Las circunstagcias en las que las instituciones religiosas podrán practicar otra cosa que no sea la total igualdad son pocas y remotas", afirmó, según el Telegraph. La Ley de Igualdad, que todavía espera ser aprobada definitivamente por el parlamento, da una interpretación estricta de los casos en que es posible excluir a los homosexuales por motivos de objeciones religiosas. Se limitaría sólo a encargados de liturgia o a aquellos que dedican la mayor parte de su tiempo a predicar.

Los cristianos que, en Gran Bretaña, se oponen a la homosexualidad están cada vez más en el punto de mira. La British Association for Adoption and Fostering, una agencia financiada por el estado, los describía como "homófobos retrasados", informaba el 14 de mayo el periódico Daily Mail. Según el artículo, esta agencia fija las normas y organiza la preparación de los asistentes sociales de todo el país.

El calificativo de "homófobos retrasados" se publicó en una guía oficial de adopción para parejas homosexuales publicada por la agencia. El Daily Mail citaba a Patricia Morgan, autora de un estudio sobre la adopción gay, quien afirmaba: "Es vergonzoso que no deseen discutir los pros y los contras de la adopción gayo Simplemente insultan".

Leyes antidiscriminación discriminatorias

Algunos casos recientes demuestran que los cristianos se arriesgan a perder sus puestos de trabajo si expresan sus objeciones de conciencia. David Booker, un trabajador de una institución asistencial, fue suspendido dos meses por una conversación con otro miembro del personal en la que expresó su oposición al matrimonio del mismo sexo, informaba el 11 de abril el periódico Telegraph.

Booker insistió en que no es un fanático y que simplemente expresaba su opinión personal. Su colega también aseguró que los puntos de vista que expresó no eran ofensivos, añadía el artículo del Telegraph.

El 22 de marzo, el Telegraph había informado sobre el caso de los propietarios de un hotel, Peter y Hazelmary Bull. Una pareja del mismo sexo demandó a estos propietarios cristianos de un hotel de playa por negarse a alquilarles una habitación. Las nuevas disposiciones añadidas a la Ley de Igualdad en 2007 hacen ilegal negar a una persona bienes o servicios por motivo de su sexualidad.

Otro caso tenía que ver con una secretaria del registro matrimonial del Concejo de Islington en el Norte de Londres. Lilian Ladele se opuso a llevar a cabo ceremonias para parejas civiles del mismo sexo. El concejo ganó una apelación contra la primera sentencia que lo había condenado como culpable de discriminar a Ladele por sus puntos de vista, informaba el 19 de diciembre la BBC. El juicio indicó, no obstante, que no todas las personas del equipo directivo del concejo habían tratado con sensibilidad las creencias de Ladele.

Durante décadas, los defensores de los derechos de los homosexuales han hecho llamamientos a la tolerancia y a la compasión. Elementos que, desgraciadamente, parecen faltar ahora que ganan reconocimiento legal.

sábado, 4 de julio de 2009

BROTES VERDES- DIPUTADO CATOLICO FRANCES

“La homosexualidad es inferior a la heterosexualidad”


Tres años peleando en los tribunales con el lobby gay, han convertido al diputado francés Christian Vanneste en un referente europeo de la libertad de expresión.

REDACCION HO.- Christian Vanneste es un diputado católico francés, miembro de la Asamblea Francesa por las listas de la UMP, el partido que lidera el presidente Sarkozy.

Vanneste se mostró hace 4 años muy crítico con la ley francesa que establece sanciones penales contra quienes manifiesten "comportamientos odiosos" hacia las minorías. En defensa de sus puntos de vista, el diputado de Lille declaró en algunos medios de comunicación que "la homosexualidad es un peligro para la Humanidad".

Varios de los más influyentes grupos gay franceses le demandaron y, después de tres años de batalla judicial, la sentencia se ha convertido en la primera ganada en Europa en defensa de la libertad de expresión frente a las intenciones inquisitoriales de los grupos homosexuales.

Con posterioridad, Christian Vanneste ha sido el destinatario de una carta amenazadora acompañada de una bala de 9 mm, que han recibido también algunos otros políticos franceses, todos ellos de la misma tendencia ideológica.

Vanneste es profesor de Filosofía y autor de un blog que se titula El coraje del sentido común.

Usted ha declarado que "la homosexualidad es un peligro para la Humanidad". Habrá quien le considerará un poco loco por decir cosas como esa.

Bueno, eso es lo que se llama una boutade. En todo caso, no se pueden poner en un mismo plano la homosexualidad y la heterosexualidad, que es la que conduce al matrimonio, a la fundación de la familia, a la educación de los hijos, etc. Eso ya lo explicó Kant cuando demostró que un valor es importante en la medida en que es universal. De modo que si algo es universal, tiene un valor superior al de lo particular. Así que volviendo a la frase, si todo el mundo fuera homosexual, la Humanidad peligraría.


Fue usted procesado por este tipo de declaraciones sobre la homosexualidad.

Aunque nunca fui condenado por esta frase, la que despertó la polémica fue: "La homosexualidad es inferior a la heterosexualidad". La palabra "inferior" es la que desencadenó el proceso. Lamenté haberla empleado porque nunca quise decir que los hombres o las mujeres homosexuales son inferiores. Fui condenado en primera instancia y también perdí el recurso posterior. Pero finalmente la Corte de Casación [el tribunal supremo en Francia] estableció que mi frase no había podido ofender a nadie y que me había limitado a defender un punto de vista. Esta instancia superior estableció que la libertad de pensamiento ampara también la expresión de pensamientos que puedan chocar o resultar desagradables.


Así que gracias a usted, en Francia se puede decir que la homosexualidad es inferior a la heterosexualidad.

Pero no que las personas sean inferiores. La homosexualidad no se puede institucionalizar, es algo que se refiere a la vida privada. Y niego de manera rotunda que sea algo genético, o que se nazca con ello. Una persona responsable puede corregir esa tendencia. Y quien no esté de acuerdo con esta idea, puede discutírmela, es algo de lo que deberíamos poder hablar y debatir. Lo que no puede es obligarme a callar. No existe el derecho a silenciar a quien tiene un punto de vista distinto.


¿Por qué cree que en nuestras sociedades se está produciendo este fenómeno de censura de las opiniones que no siguen los códigos del pensamiento políticamente correcto?

Se juntan dos fenómenos. Por un lado, desde un punto de vista histórico y sociológico, existe la idea de que todo lo que estuvo debajo, tiene que terminar encima. Es esa suerte de contestación que en Francia denominamos "el espíritu de mayo del 68". Se trata de la revolución por la revolución, y no de la revolución para mejorar las cosas. En absoluto. Se trata de que todo lo que está arriba debe ser rebajado y humillado, y todo lo que estaba abajo debe situarse por encima.

Por ejemplo, en Francia se dice que es necesario un presidente negro, como Obama. Es una idiotez. Los norteamericanos no han elegido a un negro, han elegido al mejor. Obama era mejor que McCain, por eso le eligieron. Pero nosotros decimos que queremos un presidente negro. Y además ni siquiera eso sería una novedad en Francia. En tiempos de De Gaulle el presidente del Senado era negro.

Es algo completamente idiota, hemos convertido el antirracismo en una manifestación racista. Y lo mismo sucede con los homosexuales. ¿Eres heterosexual? ¡Qué vulgaridad!

Todo esto se expresa a través de un movimiento que consiste en humillar a cualquier precio a lo que está por encima y favorecer lo que está por debajo. Es una revolución sin sentido.


Señalaba la existencia de una segunda causa que habría conducido a esta situación de imposición de las minorías.

Sí, hay otro elemento. Es la tendencia fortísima hacia el individualismo. Y la familia es una barrera para alcanzarlo. A menos familia, más triunfa el reino del individuo. En esta línea se inscribe la homosexualidad, que persigue la destrucción de las relaciones familiares heterosexuales. A esto también contribuye el narcisismo propio de la homosexualidad, que se cierra al otro. Es el rechazo del otro.


Una forma de racismo por parte de quienes acusan de racismo a los demás.

Los homosexuales que pretenden asimilar el rechazo a la homosexualidad con el racismo caen en un contrasentido, porque en realidad lo racista es la propia homosexualidad. Lo es profundamente.

De modo nos encontramos frente al individualismo, a la destrucción de la familia, al narcisismo de un colectivo que es además el creador del nomadismo sexual, con sus habitaciones oscuras y su innumerables partenaires sexuales, y que sobre todo representa el carpe diem, el no pensar más que en el momento, sin ningún compromiso. Frente a ello, cuando se defiende a la sociedad y al interés general, eres inmediatamente tachado de reaccionario.


El culto a las minorías y la sobrevaloración de sus intereses por encima del interés general de la nación está poniendo a prueba las democracias. Usted denuncia en su blog la pérdida de vitalidad de la democracia en Europa y habla de "terrorismo intelectual".

Sucede cuando te atemorizan hasta el punto de que te impiden expresarte. El terrorismo recurre a las bombas. El terrorismo intelectual utiliza la ridiculización, las denuncias judiciales, todo este tipo de recursos con el objetivo de callarte. Personas que se consideran a sí mismas demócratas atacan así el fundamento mismo de la democracia, que es la libertad de expresión. Y esa es una batalla decisiva. Si se pierde, desaparece el futuro. Cada vez que he sido condenado he manifestado que era un fracaso de la democracia. Y mi victoria no ha sido contra los homosexuales, ha sido una victoria de la democracia.


Su partido, la UMD, llegó al gobierno con un programa basado en la excelencia, la autoridad, el respeto, el trabajo, etc. No es un discurso muy habitual y hasta puede sonar impopular, pero con esos valores ustedes ganaron las elecciones.

Es que es un discurso popular. Sarkozy ganó las elecciones con ese discurso. Es el mensaje de la izquierda el que no es popular. Estamos convencidos de que la mayoría silenciosa, el pueblo, piensa de esa manera. Cuando la derecha defiende únicamente el liberalismo económico, las cosas no le van bien. En cambio cuando defiende la familia, el orden, el mérito, triunfa.


¿De ahí que Sarkozy parezca últimamente un socialdemócrata cuando habla de economía?

Por supuesto. La crisis. Pero tiene razón. Por ejemplo, yo en la Asamblea Nacional hablo de la moral del capitalismo. No vea cómo se pone la izquierda. Pero hay que ir por ese camino, el de los principios protestantes y el espíritu capitalista. Los que crearon el capitalismo fueron los protestantes, que no pensaban más que en trabajar. El capitalismo del dinero por el dinero, de los paraísos fiscales, es inaceptable. El futuro de la derecha en Europa pasa por lo conservador en la moral y lo pragmático en la economía.


En el siguiente video, Christian Vanneste interviene en la Asamblea Nacional:

"La misma idea de homofobia tiende a acreditar que el comportamiento homosexual tiene el mismo valor que otros comportamientos, cuando evidentemente constituye una amenaza para la supervivencia de la Humanidad".

Fuente: http://www.hazteoir.org/node/22093